Una llave al precioso mundo de los libros
Mary Wollstonecraft Godwin nació el 30 de agosto de 1797 en Londres, Inglaterra. Hija del filósofo político William Godwin y la filósofa Mary Wollstonecraft, escritora del libro fundacional del feminismo “La vindicación de los derechos de la mujer”. La madre de Mary falleció de una infección posparto tras darla a luz, por lo que ella y su media hermana mayor, Fanny Imlay, la hija de Wollstonecraft con el americano Gilbert Imlay, serían criadas por su padre. Cuando Mary tenía tres años, Godwin contrajo matrimonio con su vecina, Mary Jane Clairmont que tenía una hija, Claire.
Godwin dio a su hija una educación que la alentó a adherirse a las teorías políticas liberales. Asimismo, Mary Godwin leyó los escritos autobiográficos y los libros de su madre, lo que incrementó la veneración que sentía por su memoria.
A los 16 años se enamoró perdidamente de un seguidor de su padre, Percy Bysshe Shelley que, a su joven edad de 21 años, ya se encontraba casado. Esto le generó problemas familiares debido a la condición marital del amado. Ambos se escaparon, junto a la hermanastra Claire, a un viaje por Europa que incluía Francia, Alemania, Suiza y Holanda, del cual salió el libro Crónica de un viaje de seis semanas, que recopilaba relatos y cartas de ese periplo. Dos años más tarde, en 1816, contrajeron matrimonio luego de que la esposa de Shelley se suicidara. De la unión se gestaron varios embarazos, prosperaron unos pocos y el único hijo de la pareja que sobrevivió la infancia fue Percy Florence.
En ese 1816 fue cuando la pareja pasó un tiempo en una mansión cerca de Ginebra junto a George Byron y John Polidori; entre tertulias plagadas de historia, literatura y ciencia, Mary concibió la idea de la historia de Frankestein o el moderno Prometeo, considerada la primera novela de ciencia ficción y que la catapultó como una gran escritora con solo 20 años.
Percy Shelley murió en 1822 al naufragar su barco. Poco tiempo después Mary abandonó Italia, donde vivía con él y su hijo, reinstalándose en Inglaterra. Allí se dedicó en exclusiva a educar a su hijo, a publicar las obras de Percy Shelley y a la escritura, siendo muy prolífica hasta su muerte de un tumor cerebral, el 1 de febrero de 1851.
Otras de sus obras destacadas fueron las novelas históricas Valperga (1823) y Perkin Warbeck (1830), la novela apocalíptica El último hombre (1826) y sus dos últimas novelas, Lodore (1835) y Falkner (1837). Todas en alta consideración por los literatos de la actualidad y en general por los estudiosos de su obra.
Mary Shelley fue una política radical a lo largo de toda su vida. En su literatura se expone que la cooperación y la compasión, en especial las practicadas por las mujeres en el seno familiar, son formas de reformar a la sociedad civil. Esa visión fue en todo opuesta al romanticismo individual promovido por Percy Shelley y a las teorías políticas educativas articuladas por su padre, William Godwin.
Charlotte Bronté nació el 21 de abril de 1816 en Haworth, Inglaterra. Hija de un pastor anglicano, vivió con sus cuatro hermanas y un hermano casi toda la infancia en el medio de un paisaje de abundante vegetación salvaje que aparecerían luego en sus historias románticas.
En 1821 perdió a su madre y fue enviada junto a sus hermanas al Instituto Cowan Bridge en Lancashire, donde a los pocos años, Mary y Elizabeth mueren de tuberculosis debido a los pocos cuidados que allí les brindaban. A raíz de este trágico episodio, su padre, Patrick Brontë, sacó del colegio al resto de las hermanas y regresaron a su hogar para quedar al cuidado de su tía materna. Allí continuaron con su educación bajo la supervisión de Patrick. En ese tiempo, Charlotte frecuentaba la escuela Roe Head donde luego se convertiría en profesora. También trabajó como institutriz y su intención era fundar una escuela privada de señoritas junto a Emily pero esta idea no llegó a concretarse.
En 1842 fue enviada a estudiar francés en el Pensionado Heger de Bruselas donde se enamoró del director, Constantin Heger, un hombre casado y con hijos. Esa relación no prosperó porque Charlotte debió volver a la casa familiar cuando falleció su tía. Esta experiencia amorosa la llevó a escribir sus grandes historias de amor plasmando la soledad, la angustia y la nostalgia en personajes como Lucy Snow.
Las tres hermanas Bronté publicaron Poemas en conjunto bajo el seudónimo de Currer, Ellis y Acton Bell. La primera novela que se publicó fue Jane Eyre de Charlotte, también con el seudónimo que ella había elegido, Currer Bell, en 1847. Más adelante lograrían editar con sus propios nombres.
Jane Eyre obtuvo un éxito inmediato que la llevó a publicar la segunda edición al año siguiente. A pesar de visualizar una carrera prometedora, el destino siguió siendo cruel con la familiar: en 1848 muere Emily de tuberculosis y al año siguiente Anne, de la misma enfermedad. Charlotte cayó en una gran depresión. Sin embargo, gracias a su editor George Smith, ella logró reconectarse con el mundo literario londinense y continuó escribiendo.
Se casó en 1854 con Arthur Bell Nichols, el cuarto hombre que le había propuesto matrimonio. Al año siguiente quedó embarazada, pero enfermó de tuberculosis, al igual que sus hermanas, falleciendo el 31 de marzo de 1855.
Al morir Charlotte, su esposo ordenó destruir la correspondencia que ella mantenía con su amiga Ellen Nussey pero no se hizo. De esta forma, al morir Arthur Bell Nichols, esas cartas se publicaron y así se logró reconstruir la biografía de la autora.
Gran parte de la literatura de Charlotte nace de la experiencia de vida junto a sus hermanas. Además, la inspiración surge de los textos de Lord Byron que descubrió en Blackwood´s Magazine. Su novela Jane Eyre es considerada una obra maestra de la literatura inglesa.
El 25 de enero de 1882 nació en Londres Adeline Virginia Stephen, quien con el tiempo se convertiría en la gran escritora inglesa Virginia Woolf. Fue criada en una familia acomodada donde el arte era incentivado, tanto en ella como en su hermana, Vanessa Bell. Asimismo, tuvo que convivir con las reglas de los valores victorianos donde se consideraba que las tareas de una mujer eran ser madre y conseguir un buen esposo. Virginia disfrutó de una infancia feliz hasta que murió su madre en 1895. Luego, en 1904, sufrió la pérdida de su padre, provocando su segunda crisis emocional.
El fallecimiento de sus padres motivó la creación del famoso grupo Bloomsbury que albergó a las más distinguidas personalidades de las artes, la ciencia y la política, y que fue determinante en la historia de Inglaterra.
A pesar de haber roto con las ataduras de la época, Virginia contrajo matrimonio con el escritor Leonard Woolf en 1912. Ellos fundaron la editorial Hogarth Press y publicaron a prestigiosos escritores como T. S. Eliot, Katherine Mansfield y Sigmund Freud. La escritora inglesa fue una de las personalidades más importantes del feminismo del siglo XX y sus ideas aún persisten en la actualidad. Desde muy joven advirtió las diferencias que existían entre hombres y mujeres. Tanto ella como su hermana sufrieron de abusos sexuales por parte de sus hermanastros, y a pesar de los condicionamientos de la época, Virginia se atrevió a contar estos vejámenes, aun sabiendo que la credibilidad que se le otorgaba a la palabra de una mujer era nula.
Como escritora también fue una figura importante en la historia de la literatura ya que logró modernizar el estilo de narrar en el siglo XX. Su obra es una gran herencia literaria que nos legó y que se ha convertido en lectura obligada de varias generaciones. Entre sus novelas se destacan La señora Dalloway, Al faro, Orlando, Las horas. Aunque se la menciona una y otra vez por su libro de ensayo Un cuarto propio, donde reflexiona sobre la necesidad de independencia económica que una mujer debe tener. En particular, aboga por un espacio propio donde poder escribir, pero esa idea se traslada a todos los ámbitos profesionales donde una mujer desee desarrollarse.
El legado de su obra sigue atrayendo a lectores de todas las edades, y no solo sus libros de ensayos o novelas, sino también sus diarios, son una verdadera obra maestra. Ella creía que la memoria era un bien invaluable y quiso dar cuenta de su vida, de su imaginación y de sus sentimientos para que quedaran plasmados en papel.
Le dio valor a la mujer y se empeñó en demostrar que su mirada podía formar parte de la humanidad tanto como la de los hombres.
Jane Austen nació el 16 de septiembre de 1775 en Steventon, Hamphire (Inglaterra), y falleció el 18 de julio de 1817 en Winchester (Inglaterra). Fue la séptima hija del matrimonio de George Austen y Cassandra Leigh. Su padre era el clérigo de la parroquia del pueblo; fue la primera persona en confiar en la pluma de Jane y quien la alentara a seguir el camino de la escritura. Era un hogar signado por las tardes de lecturas, representaciones teatrales y mucha vida cultural, lo que generaba un ámbito propicio para que la joven Jane desarrollara sus habilidades literarias. Austen fue autora de novelas que transcendieron en el tiempo y causaron inspiración a muchas generaciones de escritores: Orgullo y Prejuicio, Sensatez y Sentimiento, Emma, Lady Susan, Persuasión, La abadía de Northanger, Mansfield Park.
La narrativa de Jane Austen está caracterizada por la descripción de espacios costumbristas, perfiles de personajes delineados por los buenos (o malos) modales de la época, la diferencia entre las clases sociales, la riqueza, el acceso a la educación, el status de vida, las actividades sociales y el matrimonio. En su escritura se plasma el entorno burgués agrícola del cual ella era parte. Incluso, en el flirteo amoroso, logra cuestionar los mandatos tradicionales que guiaban las decisiones de las personas.
Sus obras fueron traducidas a varios idiomas, sin embargo, la traducción al español llegó con 100 años de demora de su publicación original. Sus escritos fueron estudiados por el mundo académico y despertaron un interés especial en la élite aristocrática. Además, se realizaron transposiciones al mundo audiovisual, a través de la producción de películas.
El único retrato aprobado sobre la autora es el que pintó su hermana Cassandra, en 1810, y se encuentra en la National Portrait Gallery de Londres. Además, desde el 2017 su rostro se observa en los billetes de 10 libras del Reino Unido. Hasta este momento, la imagen de una mujer en los billetes solo quedaba reservada para la figura de la reina Isabel II.
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