Una llave al precioso mundo de los libros

Junio. Mes de balances

Llega el balance de mitad de año. Momento de replantear movimientos en falso, decisiones fallidas y metas que sabemos no llegaremos a cumplir. Todavía estamos a tiempo de modificar el rumbo de nuestras decisiones, de corregir esas pequeñas desviaciones que generaron un viraje y necesitamos que enderecen su camino.

Pero también, es momento de afianzar los ideales que a comienzos del año nos hicieron mirar hacia adelante con energía y decir ¡yo puedo! Porque, en general, un error no lo es todo. Podemos equivocarnos, aprender de eso (y si se puede solucionar, mejor) pero seguir confiando en que las cosas van a salir bien.

Cuando llegamos a esta instancia, a veces pasa que queremos retomar cosas que quedaron entreveradas en la vorágine del principio de año, mezcladas entre vacaciones, inicio de clases y comienzos de cursos, talleres y otros menesteres. Es hora de bajar un cambio y prestar atención a eso que se nos olvidó escribir en nuestra planificación, pues todavía estamos a tiempo de incorporarlo.

Entonces, lo ideal es darnos un impase para reflexionar, a solas, en un espacio tranquilo que nos genere un ambiente de relajación. Puede ser un lugar de la casa o un espacio al aire libre. Quizás ese rincón del hogar alejado de sonidos externos, un banco de la plaza al sol de la tarde o, por qué no, el cafecito de la esquina. Respirar hondo, cerrar los ojos y dejarnos llevar.

Surgirán incertidumbres, frustraciones y quejas, así como certezas, anhelos y agradecimientos. Todo vale y todo está permitido. Porque de eso se trata un balance, de revisar lo que no salió tan bien, de felicitarnos por los logros y siempre, siempre tratar de mejorar.

Podemos tomar nota mental, escribir anotaciones en una libreta o volcar los meditado en la computadora, quedará a criterio y prolijidad de cada uno. Pero lo importante es el aprendizaje que nos deje esta revisión de medio año y cómo llevemos a cabo los cambios necesarios para llegar a diciembre con la mente más abierta y despejada.


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